lunes, 18 de julio de 2011

LA no confidencial

Estrellas en el Paseo de la Fama
El clima en Los Angeles es perfecto. Ni mucho calor ni necesidad de llevar jersey por el día. Es una ciudad que amanece temprano, las oportunidades están ahí fuera esperando a que alguien las aproveche. Dicen los paisanos que viven aquí que alguien preparado y con buen nivel de inglés puede tener buen trabajo y buena vida en esta ciudad.

El plan de hoy pasó por recoger a Fernando Burgos, Mario Torrejón y Miguel Ángel Díaz (un tío grande al que no conocía personalmente) para hacer turisteo. Para llegar a su hotel hay que cruzar la lujosísima zona de Beverly Hills, un barrio en el que vive gente en una realidad paralela al resto de la humanidad. Creo que se puede decir que ninguna zona lujosa en una gran ciudad que hayáis conocido tendrá el nivel de riqueza que se respira aquí. De vuelta a Hollywood Boulevard para hacer varias compras y volver a admirar el Teatro Chino, una construcción impresionante en mitad de esta calle de locos.

La estatua de Magic en el Staples
El Staples Center está en la otra parte de la ciudad, en Downtown. Es un Arena como no hay uno en toda España. Puedo contar, ya que no es directamente deportivo, que la empresa que gestiona este multiusos quiso, e incluso alcanzó un acuerdo, construir algo similar en Valdebebas. Si mis noticias son buenas, la llegada del actual presidente dinamitó esa operación que posiblemente vea la luz en Barcelona. Impresiona ver la estatua de Magic Johnson como la de el periodista  Chick Hearn, algo que evidencia el respeto hacia nuestra profesión en este país. Una pena no haber podido entrar, aunque de lejos se adivinaban esas canastas que martillean Kobe y Pau.


En Hooters
Regreso a la zona de Hollywood a comer. Hay un sitio un tanto especial que se ha convertido en un "local familiar" cuando su idea inicial era otra bastante diferente. "Hooters" es ese restaurante donde las camareras llevan poca ropa, lucen sus "encantos" y realizan alguna que otra simpática coreografía, la mayoría por los cumpleaños que allí se celebran. Hay que ir, es curioso como un local concebido para épocas en la que ver a una chica en camiseta de tirantes era una llamada al erotismo se haya convertido en un local donde sientan a los niños a celebrar sus aniversarios. Hay que decir que ha sido difícil explicar que eran necesarias varias facturas de la misma cuenta... un lío.

Había quedado con Alberto de Roa, un valiente que cruzó el charco para buscarse la vida aquí con el salvavidas de acb.com. Lamentablemente, y muy raro en mi, he llegado tarde... muy tarde... una hora tarde. Es buena gente y me ha pagado el desplante con una visita a un local típico cercano a la casa de los Lakers. Helado de chocolate delicioso y una tortilla que Alberto ha degustado mientras charlábamos de todo un poco. Entrad en este tipo de sitios, merece micho la pena sentirse un local y pensar en como serían estos mismos sitios años atrás.

Si hay algo que tampoco se debe dejar de hacer en Los Angeles es visitar el observatorio Griffith. Con Torrejón, Burgos y Díaz hemos subido hasta esta posición en la colina de la ciudad para admirar una vista única. Griffith domina todo LA y debe ser espectacular ver un atardecer desde aquí. Id con tiempo, hay colas interminables para llegar, pero merece muchísimo la pena. Tanto como cenar en buena compañía. Se han sumado compañeros de Cuatro, de La Sexta, Martín Guirado y María, Alberto y Ele Giovio (siempre con la sonrisa puesta). Hemos elegido un brasileño situado en plena zona gay de la ciudad. Musculazos, aspecto de "ojo que marco tendencia" y mucho desenfado en este barrio que es codiciado tanto para vivir como para salir de marcha por su seguridad y categoría.

Vista de LA desde el observatorio Griffith

Ha sido el penúltimo día. Escribamos la última (?) página.

P.D Imposible escribir anoche del sueño que tenía

2 comentarios:

  1. La visita al observatorio por la noche es un MUST que nadie debería dejar escapar!!!! Espectacular ver la inmensidad de la ciudad así...

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