La segunda jornada en Yosemite se presentaba tan incierta que cualquier cosa que pasara superaría las expectativas. De Oakhurst de vuelta al Parque Nacional a ratificar que este lugar es, ya sin ninguna duda, el sitio más bonito que he pisado en mi vida.
Vista desde Glacier Point |
Con El Capitán al fondo |
Tenía claro que la jornada empezaba en Glaciar Point, el balcón del cielo. Es una vista en 2 paradas que te ofrece la imagen de 2 cascadas descomunales que adornan las paredes de las montañas que rodean el valle de Yosemite. Allí, en plena vorágine de fotografías, he conocido a Roberto y Merce, dos asturianos que tras pasar por Nueva York y San Francisco emprendieron la misma ruta que yo estoy siguiendo pero en el sentido contrario. Hemos decidido continuar la jornada juntos... vamos, que me he acoplado a esta buena gente con la que he compartido el resto del día. Desde el bocata en Glaciar Point hasta el regreso al parking de los coches para comprobar si un oso no había desguazado su Dodge por dejarse restos de costillas barbacoa en el maletero.
De Glaciar point hemos descendido al centro del valle y hemos iniciado una ligera caminata de varias millas hasta Curry Village, uno de los campamentos en los que te puedes quedar a pasar la noche en sus tiendas de lona. Se suponía que desde ese punto partía un "trial" para ver al oso negro, pero todo se ha reducido a una explicación de un Ranger en varios puntos. La imagen de este muchacho, como bien ha apuntado Roberto, era de "Los Albóndigas", aquella serie de películas de campamento americano de verano y en la que el Ranger no solía salir bien parada y además tenía cara de chiste... pues eso. Pero Jeffrie Trust, como se llamaba el muchacho, lo ha explicado todo con mucho cariño. " He visto osos abrir coches usando la manilla de la puerta", decía.
Siempre crees que sabes muchas cosas, pero nunca es suficiente. Nos hemos enterado de que en Yosemite tan solo se registran una media de 2 ataques de osos a personas al año. El último un zarpazo a un muchacho al que uno de los 24 ejemplares del parque persiguió cerca de un campamento. También nos han explicado que hace unas 4 semanas un oso murió atropellado, aunque el Ranger Trust ha insistido en que "es el oso el que se ataca al coche y no al revés". No fue la víctima el oso "abuelo" de la manada, un ejemplar de 31 años equivalente a los 90 de un humano. Tampoco creo que fuera ese al que, en nuestro camino al NO paseo, han dicho avistar varias personas con las que nos hemos cruzado.
En el grupo que seguía la explicación había una señora que preguntaba ansiosa. "¿Ranger, por qué se acercan?" . Como os contaba ayer el tema de la comida juega un papel fundamental. El olor atrae a estos animales hasta posiciones muy cercanas en el entorno humano dentro del parque. Decía el Ranger que hace pocos días, mientras la gente tomaba cervezas por la noche en la terraza en la que nos encontrábamos, un oso permaneció tumbado a pocos metros "esperando su oportunidad". El Ranger que lo vio no identificó al oso en primera instancia, pensó que era un perro de los que llevan los turistas. En la segunda vez que enfocó con su linterna ya pudo identificar al oso negro que, tranquilamente, tomó camino de vuelta a lo profundo del bosque. Ya no se pueden ni colar en los contenedores de basura, modificados ante la insistencia por meterse dentro de ellos.
Helado de menta en Curry Village |
Escribo de nuevo desde Oakhurst, desde donde mañana salgo de vuelta a la ciudad. ¡Hola San Francisco!
P.D He ido en el coche escuchando los podcast de La Rosa de los Vientos. Ese programón.
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