jueves, 7 de julio de 2011

Transparencias

Las tragaperras en el aeropuerto
Si con el escáner me vi desnudo, al llegar a Las Vegas he visto desnudos a los demás. La jugada, literal, es fácil de identificar en cuanto aterrizas. Una ciudad en mitad de un desierto que recibe a los visitantes con maquinas tragaperras en las puertas de salida de los fingers. "A Las Vegas se viene a lo que se viene" ha dicho un tipo emocionado en la cinta de salida de equipajes.

Ayer en Las Vegas asesinaron a un policía de 54 años a sangre fría en un aparcamiento. Pero aquí la gente no frena. Despojados de todo tipo de complejos vienen a desfasar gastando lo que no tienen en juego, bebida y/o sexo. Ciudad de vicio, de desmelene y pocos oficios.  Una ciudad que acaba de nombrar nueva alcaldesa a  la señora Goodman, que tiene alguna que otra cosa en común con el anterior alcalde que estuvo 12 años en el cargo. Me lo ha explicado Ryan, una camarera de unos de los restaurantes de mi hotel a la que he preguntado. "Es su señora esposa. Esta ciudad parece un castillo... se heredan y se traspasan los cargos"

Yo estoy en el Luxor, ese que es una pirámide que lanza un rayo catódico al cielo en cuanto anochece. Es espectacular tanto por dentro como por fuera, pero que no tenga wifi me parece de otro siglo. Por el hall se ve gente como a los antiguos buscadores de agua dirigiendo sus iPhone hacia el techo con la esperanza de enchufarse a alguna red perdida... . Vale, era yo solo... ¡pero estaba muy frustrado!

El Hotel Luxor
Este hotel está al inicio del Strip, pegado al Mandalay y al Excalibur, en la avenida de concentración de todos los hoteles/casino de Las Vegas. He recorrido (con mi Ford gigantesco) la avenida en la que se puede ver el "baile" de las fuentes del Bellagio, punto de máxima concentración de turisteo.

Pero aquí la gente esta hipnotizada con la música de las maquinitas, el ruido de las monedas y las luces que te dicen "ven con papá". Algo raro tiene que pasar para que yo me gaste un duro en el "gambling". No me motiva, nunca lo ha hecho y es probable que ver a gente tan atrapada en esta ciudad por el juego haga que me llame menos. Yo soy el de la piscina, el del mojito leyendo un libro y el que debe descansar ante la que se le viene encima. Lo primero desde este momento. Son las 8 de la mañana y mi destino es el Gran Cańón, a 500 km.

3 comentarios:

  1. Estimado hector, soy un oyente tuyo que a propósito de seguirte en twitter, he dado con este rincón.

    Me gusta tu forma de describir las cosas, tu naturalidad. El unico pero que te pongo es que desprende todo un cierto aroma de crítica hacia los Usa, o hacia el "way of life" americano con el que no estoy de acuerdo y seguramente en tu interior, tampoco.

    Un saludo.

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  2. Hola;
    Gracias por seguirme por duplicado! Soy crítico en el aspecto económico de este país. Aquí, si tienes dinero, vives, si no sobrevives. Es la realidad. Hay cosas que he obviado y que son sangrantes, como el tema sanitario o las tributaciones fiscales para los extanjeros.
    No obstante soy tan crítico como lo he sido en cualquier país y con cualquier materia. La crítica es la base de la mejora y este país se mira demasiado el ombligo.
    Abrazos

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  3. Ahí lo dejo: http://yfrog.com/kgy0pij

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