domingo, 6 de noviembre de 2016

Ya lo sé

Han pasado 4 años. Si lees la última línea de la anterior entrada no tendrás complicado distinguir a una persona ilusionada. No me equivoqué en casi nada, sobre todo en lo más importante: lo mejor de iniciar un camino es compartirlo. Hubo un día, un año antes de que eligieran por mi, que quise elegir yo. Si no te sientes imprescindible o mas importante de lo que verdaderamente eres los árboles del bosque nunca te tapan el camino. El error fue pensar que, a lo mejor, podía dar la vuelta a algo irrecuperable. Por eso yo no me rendí, por eso y por todo lo bueno, que es casi todo.

No he escrito nada aquí y me arrepiento. Quizá debí "vomitar" unas cuantas cosas y a lo mejor, en un entorno acostumbrado a actuar como "El perro de Paulov", me hubiese ido mejor. O no, porque seguramente hubiese dormido peor. Cada uno responde a sus impulsos de la mejor manera que conoce para canalizar determinadas situaciones que a mi, en estos últimos tiempos, me vinieron grandes. Eso si, lo mejor de sentirte pequeño es que sabes que sólo puedes crecer y sólo lo haces cuando no sientes miedo por casi nada. 

Me siento mejor. Me siento como alguien que ha llegado a una meta y, simplemente, tiene que mirar atrás para estudiar cómo ha sido la carrera. Y ha sido un carrerón. Si pudiera contar contra todo lo que hemos peleado y cuantas zancadillas nos han puesto se podría entender que no ha sido un camino de rosas. Por eso hoy cuesta mas poner buena cara y hacer aquello de "aquí no ha pasado nada". Han pasado muchas cosas, demasiadas. No se trata de pasar facturas pero si de saber en qué has aprendido y qué no volverías a hacer. De las personas, simplemente, saber a qué lado poner a cada una. Las que importan y las que no, a las que les importas y las que te utilizan.

Hoy sé que no te puedes fiar de casi nadie y que las palabras se las lleva el viento. Hoy sé que, efectivamente, hay gente que está dispuesta a todo por conseguir algo. Hoy sé lo que duele herir a quien quieres o que es fácil reprochar a los demás lo que tú no estás dispuesto a corregir. Hoy sé qué se siente cuando eres un número y no una persona y qué hay detrás de la envidia o la ira. Hoy sé lo que es el honor y el respeto de verdad y por qué y con quién me iría al fin del mundo. Sé quienes son los que me traicionaron y sé que la mentira es temporal y ni el tiempo la sostiene. Hoy sé a quién confiaría un secreto y que los trenes pasan una vez y no otra. Hoy sé algo más, pero que ni de lejos sé todo. Hoy sé que ya no soy el mismo.

PD. En Septiembre de 2012 empecé a dirigir "Al Primer Toque" y en Junio de 2016 dejé de hacerlo. Estoy orgulloso de todos los que lo hicieron conmigo y de cómo lo hemos hecho. Si en algún momento leyendo esto crees que hablo de la meta te confundes. Esto no ha hecho nada mas que empezar.


lunes, 20 de agosto de 2012

En mi burbuja

Tengo más ganas de contar cosas que las que puedo contar. Uno necesita estirarse después de este fantástico verano y desentumecer un músculo que en los últimos tres meses ha estado sometido a algo de estrés. Bendito estrés. Sé que he cambiado, sé que me ha cambiado.

He desayunado en Varsovia, almorzado en Poznan, comido en Lviv, merendado en Gdansk y cenado en Kiev. He tomado el té en Londres y he sido unos de los pocos privilegiados en sacar brillo a ese trabajo de mucho tiempo que tiene recompensa tangible cuando viajas a un evento de esta magnitud. Ha sido maravilloso. La gente, los deportistas que de repente se transformaban en personas y las personas que se transformaban en deportistas para que vibráramos con ellos, la ciudad... todo.

En mitad de todo esto creo que he crecido algunos centímetros. Igual los había perdido antes, pero entonces los he recuperado. Me he radiografiado en el Este para disfrutar plenamente en el Oeste. Los Juegos Olímpicos han sido una experiencia personal única en la que me he reconciliado con muchas de esas cosas que había olvidado. Me dejo llevar por sensaciones y estas me han conducido a un sendero maravilloso. Cuando todo "es bien", ¿ qué más puedes necesitar? ¿Qué más puedes pedir cuando te regalan detalles inolvidables? ¿Hay algo mejor que ser cómplice de una alegría eterna? Nada, disfrutar y sonreír.

Así que encaro un momento cumbre con el pecho inflado y con la espalda reparada de algún que otro palo recibido gracias a alguna sonrisa inesperada. Miro a un lado y a otro y están los que deben. Algunos están sin saberlo, otros no se irán nunca y los que llegan sólo vienen para que la vida sea más sencilla. Yo cuento con todos para compartir lo que viene. Las alegrías, compartidas, saben infinitamente mejor. Dejadme en mi burbuja.

martes, 28 de febrero de 2012

El nombre de mis ídolos

Estaba con 4 o 5 años en la cafetería Nebraska, en el centro de Vitoria, cuando vi a aquel hombre enorme con cazadora de aviador marrón y gorra de repartidor de periodicos. Había posters en la Caja de Álava, donde jugaba con todo mientras mi abuelo hacía sus gestiones, en las que aparecía junto a la plantilla de su equipo. Era Essie Holllis, una leyenda con una sonrisa tan impactante como su baloncesto. El primer deportista al que recuerdo ver en persona.

En la misma época mi padre me llevaba a la grada general de Mendizorroza. Allí me sentaba sobre la piedra pegado a la valla para ver a un rubio melenudo con bigote que jugaba en el Alavés, Santi Idigoras. Su imagen, junto a la de Ernesto Valverde, es de las pocas que recuerdo con claridad de mis primeras visitas a Mendi. Un jugador que miraba de lado a lado intentando ordenar a sus compañeros. Un líder.

Era imposible ser de Vitoria y no querer convertirte en Pablo Laso. Al principio era el cuento del chico de la ciudad, apoyado por todos, en busca del éxito que ya habían tenido Ortega o Garayalde. Luego aquella sensación se convirtió en un torbellino imparable. El club creció al ritmo del bote y pase del base de San Viator. Recuerdo comprar "Gigantes" para quedarme tranquilo al comprobar que Pablo seguía comandando la clasificación de asistencias. Vinieron los títulos, la Selección y la conquista de Europa y luego Pablo se marchó. Reconozco que me enfadé con él, pero desde la compresión.Hoy le admiro más.

Peio Ruiz Cabestany puede que no fuera el mejor en ninguna de las especialidades ciclistas, pero siempre estaba entre los primeros. Cuando yo cogía la bicicleta era mi momento para gritar "¡yo me pido Cabestany!". Era una cuestión de caracter. No recuerdo el día en el que me enganchó, sería en alguna escapada durante La Vuelta, pero él fue ese corredor que despertó en mi el interés por el ciclismo. Me enseñó a apretar los dientes.

En el Barcelona de basket, lesionado Norris, apareció un jugador de segunda fila que a mi encandiló. David Wood era el pivot que yo queria en mi Baskonia. Estuvo un año en el que Taugres quedó eliminado en semifinales ante el Real Madrid. Aquel equipo que llegó derrotado de la capital, fue recibido en la plaza de la Florida. Los que allí estabamos pedimos a gritos que no se marchara, pero Wood prefirió volver a USA. Entonces ser sparring de David Robinson en los Spurs era un mérito y puede también que sus lazos con la Iglesia Evangélica tiraran de él. Más tarde volvió a España y siempre estuvo en mi lista de favoritos. Protector bucal y nunca rendirse, el Gladiador siempre en la pelea.

Decir que Indurain está en esta lista no debe sorprender, así que voy a contar lo que puede que lo haga. Yo nunca vi perder a Miguel. Vi los 5 Tours, los Giros, los records de la hora, las medallas en Mundiales y Juegos... pero nunca sus fracasos. O bien por viajes, o bien por cualquier otro motivo, no presencié algo que me hubiese dolido mucho. Todavía guardo vídeos, recortes y sobre todo la sensación que tuve al verle pasar por las rampas de Pirineos flanqueado por Rominger y Chiapucci vestido de amarillo. Yo tuve a Indurain a un metro ganando el Tour de Francia, frío como el hielo.

Me guardo el más importante para el final. Luis Arconada era lo que yo quería ser de mayor. Me vestía como él, imitaba sus gestos e incluso intentaba hacer sus vuelos, pero la pose no hizo un buen portero. Se retiró en el 89 y lloré mientras Alkiza ponía en su solapa el escudo de la Real mientras decía adios a Atotxa. Entenderéis lo que sentí cuando Palop tuvo aquel gesto viestiendo su camiseta al ganar la final de la Euro en 2008. Andrés hizo justicia porque el mundo del deporte es una trituradora, pero con Luis lo ha sido más que con nadie. Algunos sólo recuerdan a uno de los mejores porteros de la historia para decir que falló la final de Francia 84. A mi me da lo mismo, Arconada es único... el único.

miércoles, 8 de febrero de 2012

El Lobo de Minneapolis

Hace poco un "follower" me comentaba que sería bonito que para definir la aparición de Rubio en la NBA usaramos el hastag #Rickyoftheyear. No sé cuantos esperaban un aterrizaje como el del base. Yo era de los que entendía que aquello le iba bien, pero no me atrevía a decir lo de "como anillo al dedo".

En el mundo deporte hay gran parte de talento, pero hay una porción de suerte que te debe acompañar en el momento adecuado. ¿Qué hubiese pasado si Ricky no hubiera fichado por el Barça?. Sé que es ventajismo, pero imaginad por un segundo que todos aquellos palos que recibió Rubio de aquí y de allá hubieran cuajado y de la Penya hubiera pasado a tomar el timón de los Timberwolves de Rambis. Nadie lo sabe.Otros personajes, otras situaciones, otra realidad.


La única verdad es que ya es un icono en USA. Su juego deslumbra, sus compañeros le respetan, el negocio le entiende y las marcas se lo rifan. Lo tiene absolutamente todo a favor. Llama la atención que esto contrasta con su último año en Europa, donde por momentos parecía que el base de El Masnou bostezaba ante lo que tenía delante. No hay que culpar a nadie, al igual que cuando otros soberbios talentos europeos han cogido tan rápido el camino de retorno como lo hicieron en su ida. Será que, como decía Montes, Ricky "Business" se maneja mucho mejor en aquel ámbito, que las luces no le ciegan y que está sacando partido de ello.

No obstante no lancemos las campanas al vuelo. Queda trayecto, hay tiempo para que veamos cosas mejores si todo sigue igual. Que siga. Que vuele.

Vivir juntos, morir solos

Hace poco leí las lineas que Gonzalo Vázquez escribía a su marcha de NY. Un relato de su vida allí, una narración dolorosa de varias frustraciones pero, en el fondo, un canto a la esperanza mientras desnudaba su situación. La lucha por tus sueños. Aunque del ejercicio de Gonzalo en esas lineas me quedo también con el propio ejercicio de escribirlas.

La vida juega contigo. Cuando parte es un Edén otra parte es un infierno. Parece que nunca existe un momento ideal o que, cuando llega, no somos capaces de reconocerlo. Yo estoy ahí, donde unas cosas están a la altura de un reloj suizo y otras cerca de una trinchera en Bastogne. La maquinaria funciona mejor que nunca y para bajar al barro estoy perfectamente pertrechado, pero andar por ahí escuchando silbidos no es tarea fácil. Pero hay que andar, así que andaremos. 

El temperamento no es un buen aliado cuando se trata de jugar al ajedrez, cometes errores imperdonables. Es necesario tener cabeza fría y saber como mover las piezas para no arrepentirte de lo que has hecho o no. En mi caso es posible que en los últimos tiempos haya tenido que pedir más perdones que dado las gracias, pero como coartada diré que soy así. Ya sé que no es muy válido, pero hay cosas que no puedo evitar.

Tengo muchas cosas que agradecer a mi profesión, la principal mis compañeros. Tengo la suerte de tener cerca a buenas personas, talentosas e inquietas, que no hacen otra cosa que mejorarte en lo tuyo y alejar a los malos de tu perímetro. A ellos, que aguantan mi carácter y mis malos ratos, les doy las gracias y les pido perdón por adelantado ante las cagadas que vendrán, que serán unas cuantas. Somos los que preferimos vivir juntos antes que morir solos, como diría Jack Sephard.

No sé muy bien si esto que estoy escribiendo es una radiografía o simplemente una manera de desahogarme. Me creo lo segundo. También puede ser que entre estas lineas se camuflen frustraciones de más allá del perímetro, o que, simplemente, sean pensamientos al aire. Todo puede ser. Después de esto quizá también sea momento de buscar un buen saco.


lunes, 2 de enero de 2012

Respondiendo al debate de 2K Sports


Mejor jugador de la Historia y por qué

- Michael Jordan. Es el jugador más completo que ha existido jamás. Siendo un anotador excelso aprendió a “secar” a los mejores tiradores rivales y siempre como líder de su equipo, en las buenas y en las malas situaciones. Se podrían destacar otras mil cosas de él, creo que es el mejor deportista de la historia.

Mejor equipo de la historia y por qué

- Chicago Bulls del 95, con Kerr, Kukoc, Jordan, Pippen y Rodman. Todos eran complemento de todos con Jordan en la cima de la pirámide. Un equipo solidario, con hambre y talento. Lo tenían todo y lo ganaron todo.

Equipo Ideal

Voy a meter a jugadores a los que he visto... los Robertson, Maravich, Chamberlain los dejo fuera.

Base – ¿por qué?

Magic Jonson. Cambió la historia de la NBA e introdujo el Showtime.

Escolta – ¿por qué?

Michel Jordan. No hay duda de que él sería el mejor para jugarse un tiro decisivo.

Alero  ¿por qué?

Larry Bird. Su sangre fría y su mentalidad ganadora le elevaron a la excelencia.

Ala-Pívot –  ¿por qué?

Tim Duncan. Un jugador de otra época con un juego de pies fuera de lo común.

Pívot –  ¿por qué?

Shaquille O´Neal. El más determinante en la pintura. Un jugador imparable.

domingo, 2 de octubre de 2011

Una de entrenadores

Llego al vestuario y les miro a la cara. No hay videos motivadores ni arengas especiales. Quiero que comprendan lo que les voy a contar para que lo pongan en práctica tal y como lo vamos a ensayar durante la semana. El “invento” es jugar sin delanteros en una categoría en la que el aprendizaje táctico no incluye esa partitura. No se trataba exclusivamente de entrenarlo, debía saber como contárselo para que ellos lo supiesen interpretar.

“Este sábado vamos a jugar con 2 mas. Todos hemos visto a sus centrales y son tan buenos que seguramente anularían a nuestros 2 puntas. Contando con que ellos lo van a hacer siempre, vamos a colocar a nuestros delanteros en otra posición para tener mayorías en otras situaciones del campo. Sus centrales son los mejores marcadores de la categoría, pero en este partido no tendrán a nadie a quien marcar. Veremos que hacen.”

Muchas preguntas, nadie lo tenía claro. Era el mensaje principal que rodeado de otras claves debían facilitar conseguir el objetivo. Estábamos en una sala en la que podíamos permanecer el tiempo que fuera necesario. Lo primero que me impresionó es que ellos estaban entusiasmados por la novedad de la idea. No paraban de hacer sugerencias, de interrogarme, de proponer situaciones y de pelearse contra esa lógica que les dice que al fútbol se juega con delanteros. Por encima del tópico “quién es titular” prevalecía el grupo, el interés común de un grupo que se llevaba excepcionalmente bien. Una semana de pruebas y todo estaba listo para la escenificación.

Siendo una experiencia como entrenador, convertí aquella etapa en una terapia de comunicación. Me dediqué a aprender sobre los métodos y a experimentar en la manera de transmitirlos. Me obsesiona mucho ser claro en los mensajes, tanto en mi profesión como en la vida fuera de radio. Estoy seguro de que además de conocer a unos chicos geniales y con unas ganas de aprender tremendas, me topé con un grupo especialmente sensible y respetuoso con la persona que les dirigió. Les estaré eternamente agradecido.


PD. Me guardo el resultado del partido... pero aquello salió bien.