viernes, 22 de julio de 2011

La Recomendación

Después del viaje que he disfrutado estoy en disposición de haceros una recomendación del viaje perfecto por esa Zona de EEUU.

Times Square
En primer lugar separaremos el viaje a Nueva York del viaje al oeste. El cambio horario desde aquí es mortal, son 6 horas, pero sumarle 3 y llegar a las nueve horas de margen no te ayuda a adaptarte. Además Nueva York requiere visita aparte y recuerdos individuales, es una ciudad demasiado especial. Por lo tanto directos a Las Vegas.
Aeropuerto de Las Vegas

En Las Vegas estaremos el día de llegada y otro para adaptarnos al horario.  En vez de alquilar un coche alquilaremos una moto custom para ir a Gran Cañón. No tengo duda de que así disfrutaremos mucho más del viaje por la Ruta 66.

Tramo de la Ruta 66
 En Gran Cañón todo igual salvo que haya opción de ocupar una cabaña en la zona del mirador sur. Incluiría la excursión a caballo a la parte baja del Cañón o haría el viaje en helicóptero. De vuelta a Las Vegas con 2 noches es suficiente, la de llegada y otra para salir pronto por la mañana.

Mirador Sus de Gran Cañón
Camino a Death Valley quizá intentara acercarme un poco más a el Area 51, aunque ya os adelanto que es para ver una valla electrificada con un cartel de WARNING. El plan inicial era dormir en la salida de este parque, pero aunque sea una pequeña paliza es mejor alejarse hasta Bishop. Yo prefiero dormir lejos de los 50 grados de Death Valley.

Las eternas rectas del desierto de Nevada
 En Yosemite intentaría dormir en Curry Village, las cabañas dentro del Parque Nacional. De no ser posible Oakhurst está bastante bien. Creo que es necesario una tercera noche para disfrutar de esta joya.

Cabañas de Curry Village
De San Francisco no tocaría nada. El Hotel Nikko está perfecto aunque el Radison Fisherman's Wharf es ideal. Hay que ir a Sausalito, a Tiburón y, por supuesto, a Alcatraz.

Bahía de SF desde Alcatraz
En la carretera del Pacífico no haría la noche intermedia en San Luis Obispo.  Cayucos o Morro serían sitios ideales. Son sitios más pequeños pero muy encantadores. No hay que descartar descansar en Carmel. El resto del camino hasta LA puede hacerse bastante rápido.

Miradores en la Pacific Highway
A la visita a Los Angeles le quitaría una noche y cambiaría el hotel por otro. Estaba bien ubicado en Sunset, pero era muy flojo. Es una ciudad que se ve rápidamente. La playa de Venice es básica.

En las torres de control de Venice
 Aquí viene la novedad... 3 noches en Hawaii.cualquiera con el que he hablado me dice que estar en la costa este y no ir a Hawaii es un "delito". La isla a la que vayamos es algo que debo investigar. Para los fans de Lost el sitio es Oahu, aunque ya no se encontraran ni con Sawyer ni con Kate en las playas como hacían los turistas durante el rodaje de la serie.


Creo que estas son recomendaciones básicas aunque bien dirigidas desde la experiencia personal. Enjoy!!!

miércoles, 20 de julio de 2011

The End

Hay maneras de despedirse, pero la peor de todas es en la que parece que sales corriendo. He dejado ese motel de Sunset bulevard a la carrera, casi sin revisar si me había dejado algo. Sé que ir a un aeropuerto con 4 horas de margen puede parecer una barbaridad, pero cuando hay factores que no controlas en una ciudad desconocida es mejor tener margen de maniobra. Además debía dejar el coche, el Ford Edge que me ha acompañado durante más de 2300 millas en 13 días. Me ha dado pena, es un auténtico cochazo que gracias a sus características ha hecho de esos 3600 kilómetros algo muy placentero y seguro.

El aeropuerto internacional de Los Angeles no tiene nada que no tenga ningún otro. Bueno, no tiene las tragaperras de Las Vegas. Tampoco tiene medidas de seguridad que no tuviese el JFK de Nueva York y también están presentes esos comportamientos " peliculeros" de los encargados de que pases por el escáner. Repito,  como dije en el post de la salida de NY, que entiendo las medidas aunque sean exageradas, pero no las formas. Un asiático que no tenía manera de hacerse entender no ha recibido la ayuda que requería de la gente del aeropuerto. Menos mal que estábamos algunos alrededor para echarle una mano.

Puerta 42B. Gente que te habla aunque lleves puestos los Beats y mucho barullo alrededor. La escala en Dallas se puede complicar por un pequeño retraso en el repostaje del avión. Sólo tengo 40 minutos de margen y ya los he perdido. En el momento de despegar llevamos una hora de retraso. La sorpresa en el vuelo es que hay wifi. Por 7'95 $ puedes engancharte ilimitadamente a la red. ¡Incluso he llegado a ver parte del España - Alemania de baloncesto Sub20!. Pero la preocupación estaba en saber si podría coger mi enlace a Madrid... y ha habido suerte. Me ha salvado que éramos varios los que usábamos esa ruta y el vuelo de American ha esperado.

Nueve horas y cuarto de vuelo. Junto a mi viaja un Coronel retirado del ejercito americano que lleva durante todo el viaje sobre sus piernas un dossier  de un arma de combate que comercializa la empresa a la que asesora. Hablaba solo y parecía algo raro, bastante. No ha molestado y eso es lo importante. El mensaje de la megáfonos al aterrizar ha sonado demasiado solomne: "bienvenidos a Madrid, capital de la Monarquía Constitucional de España". Buen cierre.

Y hasta aquí. Ha sido reconfortante escribir todas estas cosas que en otro tipo de viaje jamás hubiese contado. El blog me ha ayudado a no sentirme solo, a tener una sensación de compañía. Era el propósito y se ha cumplido. Incluso ha habido cosas que he dejado de contar. La persona que ocupó el sitio de Jessica en NY, el palo en impuestos al recoger el coche en Las Vegas, el GPS que se apagaba en los momentos más inesperados, los 18 dólares que pagué en el Luxor por una piña colada en la piscina, la inquietud en el Area 51... muchas cosas. Pero me he sentido bien y útil. Espero haber ayudado si os apetece viajar por aquí o si simplemente os he entretenido con mis cosas. Vosotros habéis cumplido de sobra, nunca hubiese esperado un seguimiento así. GRACIAS.

P.D Es momento de pensar en que va a ser de este blog ahora... y creo que lo tengo claro, aunque escucho propuestas.

martes, 19 de julio de 2011

Apagando las luces

Playa "El Matador" en Malibú
Día de playa. Desde muy pronto había que tomar carretera hacia las playas de Malibú. Recomendación que no ha fallado de Antonio Martín Guirado: Playa El Matador. Pequeña, recogida y acogedora. El riesgo está en darse un baño en el Pacífico y no morir congelado en el intento. Carrera tan rápida para entrar como para salir a golpes de olas que te arrastran como no he sentido otras en ninguna parte del mundo. Detalle de lujo ha sido observar, mientras estaba tumbado en la arena, como una foca nadaba justo por donde había estado segundos antes.
De esta pequeña cala a Venice beach pasando por Santa Mónica. Venice es única, no sólo por ser ahí donde tenía lugar "Los vigilantes de la playa", también por sus gimnasios al aire libre, el skatepark, las pintorescas tiendas y los curiosos personajes que te encuentras. Foto obligada en la torre de vigilancia y admirar esas casas que desde la primera linea dominan el paseo comercial de Venice. Posiblemente es la playa que marca la diferencia, la que no puedes encontrar en ninguna otra parte del mundo, y eso es por el "way of life" de los americanos.

Los vigilantes de la playa de Venice

Por la tarde he pasado por el entrenamiento del Madrid en la universidad de UCLA. Quería saludar a Fernando Palomo, compañero de ESPN y auténtica referencia del canal en las narraciones en castellano. Siempre es un placer hablar con esta gente. Lo cierto es que me he llevado ese regusto amargo de ver a aficionados que no podían ver el entrenamiento, a periodistas a los que les echan en cuanto pasan 15 minutos de reloj y síntomas inequívocos de que nada va a cambiar en el atrincheramiento al que Mourinho tiene sometido a un Club que le siempre será más grande que él por mucho que se empeñe en lo contrario. Sé que no iba a hablar de deporte pero la sensaciones que me he llevado son muy malas. El futuro dictará sentencia.
 
He conocido Rodeo Drive a la carrera. Es una pequeña calle en la que se juntan las firmas de lujo frente a ese hotel que aparece en la película "Pretty Woman". De ahí a The Grove, un precioso centro comercial callejero en el que se puede encontrar de todo lo que podáis imaginar. Y es que hoy tenia que apurar, es mi ultimo día en LA. Lo he cerrado con una fabulosa cena muy bien acompañado por Mario, Burgos y Miguelito en el Hard Rock Café de Hollywood.

Mañana tengo otro breve (si todo va bien) destino, Dallas. El próximo post será en dos días y será el que cierre esta aventura.

P.DMi habitación huele a naftalina que apesta...

lunes, 18 de julio de 2011

LA no confidencial

Estrellas en el Paseo de la Fama
El clima en Los Angeles es perfecto. Ni mucho calor ni necesidad de llevar jersey por el día. Es una ciudad que amanece temprano, las oportunidades están ahí fuera esperando a que alguien las aproveche. Dicen los paisanos que viven aquí que alguien preparado y con buen nivel de inglés puede tener buen trabajo y buena vida en esta ciudad.

El plan de hoy pasó por recoger a Fernando Burgos, Mario Torrejón y Miguel Ángel Díaz (un tío grande al que no conocía personalmente) para hacer turisteo. Para llegar a su hotel hay que cruzar la lujosísima zona de Beverly Hills, un barrio en el que vive gente en una realidad paralela al resto de la humanidad. Creo que se puede decir que ninguna zona lujosa en una gran ciudad que hayáis conocido tendrá el nivel de riqueza que se respira aquí. De vuelta a Hollywood Boulevard para hacer varias compras y volver a admirar el Teatro Chino, una construcción impresionante en mitad de esta calle de locos.

La estatua de Magic en el Staples
El Staples Center está en la otra parte de la ciudad, en Downtown. Es un Arena como no hay uno en toda España. Puedo contar, ya que no es directamente deportivo, que la empresa que gestiona este multiusos quiso, e incluso alcanzó un acuerdo, construir algo similar en Valdebebas. Si mis noticias son buenas, la llegada del actual presidente dinamitó esa operación que posiblemente vea la luz en Barcelona. Impresiona ver la estatua de Magic Johnson como la de el periodista  Chick Hearn, algo que evidencia el respeto hacia nuestra profesión en este país. Una pena no haber podido entrar, aunque de lejos se adivinaban esas canastas que martillean Kobe y Pau.


En Hooters
Regreso a la zona de Hollywood a comer. Hay un sitio un tanto especial que se ha convertido en un "local familiar" cuando su idea inicial era otra bastante diferente. "Hooters" es ese restaurante donde las camareras llevan poca ropa, lucen sus "encantos" y realizan alguna que otra simpática coreografía, la mayoría por los cumpleaños que allí se celebran. Hay que ir, es curioso como un local concebido para épocas en la que ver a una chica en camiseta de tirantes era una llamada al erotismo se haya convertido en un local donde sientan a los niños a celebrar sus aniversarios. Hay que decir que ha sido difícil explicar que eran necesarias varias facturas de la misma cuenta... un lío.

Había quedado con Alberto de Roa, un valiente que cruzó el charco para buscarse la vida aquí con el salvavidas de acb.com. Lamentablemente, y muy raro en mi, he llegado tarde... muy tarde... una hora tarde. Es buena gente y me ha pagado el desplante con una visita a un local típico cercano a la casa de los Lakers. Helado de chocolate delicioso y una tortilla que Alberto ha degustado mientras charlábamos de todo un poco. Entrad en este tipo de sitios, merece micho la pena sentirse un local y pensar en como serían estos mismos sitios años atrás.

Si hay algo que tampoco se debe dejar de hacer en Los Angeles es visitar el observatorio Griffith. Con Torrejón, Burgos y Díaz hemos subido hasta esta posición en la colina de la ciudad para admirar una vista única. Griffith domina todo LA y debe ser espectacular ver un atardecer desde aquí. Id con tiempo, hay colas interminables para llegar, pero merece muchísimo la pena. Tanto como cenar en buena compañía. Se han sumado compañeros de Cuatro, de La Sexta, Martín Guirado y María, Alberto y Ele Giovio (siempre con la sonrisa puesta). Hemos elegido un brasileño situado en plena zona gay de la ciudad. Musculazos, aspecto de "ojo que marco tendencia" y mucho desenfado en este barrio que es codiciado tanto para vivir como para salir de marcha por su seguridad y categoría.

Vista de LA desde el observatorio Griffith

Ha sido el penúltimo día. Escribamos la última (?) página.

P.D Imposible escribir anoche del sueño que tenía

sábado, 16 de julio de 2011

La última estación

Arroyo Grande
Nada. Eso ha sido lo que me he encontrado cuando he llegado al cruce con la carretera 405 en la entrada a Los Angeles. Lo han llamado Carmaggedon, el atasco de atascos ante el corte por obras de ese arteria principal de la ciudad. Pero ese alarmismo ha cuajado en la población, que hoy ha dejado el coche en casa y el Apocalipsis ha quedado en anécdota.

Volviendo al inicio, a San Luis Obispo, he de decir que es propio de cuentos de terror, por lo menos a esa hora temprana. Se atraviesa un bosque del que hay alguna que otra leyenda de esas en las que un turista entra para no volver. Algún escalofrío antes de cruzar Arroyo Grande, un sitio de western como hay unos cuantos antes de llegar a la Interestatal 101. Esta carretera no es panorámica como la 1, pero hoy no había tiempo que perder. Han sido 4 horas de viaje, las últimas por carretera. Ya no habrá más desplazamientos y he cumplido las 2000 millas, 3218 kilómetros, justo cuando atravesaba Sunset Boulevard.

Los Angeles es aire fresco. Es una ciudad muy diferente a Nueva York y San Francisco, pero toma parte de Las Vegas, en esas fachadas llenas de luces que hay en Hollywood boulevard. Mi hotel está en Sunset, justo frente a unos estudios en los que hace cola gente disfrazada para un casting de "talentos". Es lo que muchos persiguen aquí, su oportunidad. La mía es la de conocer en su territorio al monstruo Antonio Martín Guirado, corresponsal de EFE aquí. Me ha llevado a desayunar a un sitio muy típico y me ha cebado. Debe ser que  me ha visto delgado, pero ha sido potente. A Antonio lo admiramos y lo envidiamos muchos, pero cuando conoces donde vive lo envidias mucho más. Ahí lo dejo.

El paso por Hollywood y su paseo de la fama es imperdible. Estrellas en el suelo, imitadores de ellas en las aceras y todas las tiendas que puedas imaginar. Es curioso que Godzilla tenga una estrella, no me lo esperaba la verdad. ¿La más fotografiada? Sin duda la de Michael Jackson, que hasta tiene cola para agacharse y salir poniendo la mano encima como mandan los cánones. Yo, con todo el cariño, he buscado la de Hitchcock. Volveré.

Con David Beckham junto a Mario y Fernando
He de decir que además de por Antonio, hoy era un día señalado por encontrarme con mis amigos Fernando Burgos, Eleonora Giovio y Mario Torrejón. Este último sabe que me debe una, una como la que estoy a punto de terminar. Me los he encontrado en el Memorial Coliseum, donde el Real Madrid ha jugado su primer partido de pretemporada con Los Angeles Galaxy. No pienso hablar de deporte, sólo que he hablado brevemente con Arbeloa, que nos hemos hecho una foto con Beckham y que el protagonista de "Resacón en Las Vegas", Zach Galifianakis, ha hecho el saque de honor después de hacerse una foto con nosotros. Gran día, ganas de hablar, de contar lo que he visto. Todavía queda.

P.D primer evento deportivo americano en el que veo que el himno se escucha sin letra y nadie lo interpreta...

viernes, 15 de julio de 2011

La arena de California

Con una pasada por Alamo Square me he despedido de San Francisco. Ha sido una mañana muy fría, como todos los días en esta ciudad en la que no hemos pasado de los 16 grados. Hay que decir que la periferia de San Francisco es tan "chunga" como podéis imaginar. Mucha gente deambulando por la calle en una escena propia de The Walking Dead, todos con sus carritos cargados y sin un rumbo definido. Es la imagen triste que me llevo de una ciudad amable y con gran personalidad, pero con un gran problema en sus calles.

La carretera que he elegido ha sido secundaria, pasando por Silicon Valley, donde no hay wifi en la calle o regalos de Apple en los semaforos, y por otros pueblos como Saratoga. En este lugar he visto una de esas cosas que pensaba que ya no existían. Una chica muy joven y con poca ropa llamaba a los conductores desde un semáforo con un cartel en el que anunciaba "limpieza de vehículos en top less". De Saratoga a un más rural Los Gatos y de ahí a la bahía de Monterey, con una erre. Un bonito sitio en el que me he acordado de mi amigo Mela Chércoles al pasar por Laguna Seca y donde hay una reserva natural marina de grandísima importancia.

El siguiente paso ha sido el actual lugar de residencia de Clint Eastwood y donde llegó a ser alcalde por el partido republicano, Carmel. Es un pequeño pueblo pensado para gente con mucho dinero. Casas de lujo desde 1 a 10 millones de dólares, numerosas joyerías, galerías de arte e incluso una tienda de violines. Todo para una población de unos 3000 habitantes. Dicen que su romántica playa es su gran atractivo, pero lo que a mi me ha llevado hasta allí ha sido uno de mis actores y directores preferidos. Fue alcalde en 1986 y renunció al poco por falta de tiempo. Llama la atención que no haya ni una sola referencia a su vecino más famoso, ni tan siquiera una calle con su nombre. Un hombre que llevaba pajarita me ha dicho que encontraría un acceso a una casa alta en la bahía y que esa era la mansión Eastwood. Carmel me ha dejado la sensación de estar paseando por La Moraleja pero en una zona retirada en la playa.


La carretera que transcurre por la costa es la Interestatal 1, una pista panorámica que te obliga a detenerte en varios puntos para ver el bonito paisaje con el Pacífico a la derecha si bajas dirección a Los Angeles. Cruzas el Parque Nacional Big Sur, un buen sitio si lo que te gusta es la acampada, y llegas a una zona de parada obligatoria. Sólo tienes que retirar el coche a la derecha, parar y acercarte a una pequeña valla sobre la playa. No vas a poder bajar hasta la arena pero si admirar desde arriba a los elefantes marinos, unos animales descomunales que se tumban a media tarde en la playa a dormir. Visión única de un animal de otra época.

Elefantes Marinos cerca de Morro Bay
Estoy descansando en San Luis Obispo. He tenido un problemilla que he solucionado rápido. La agencia me había reservado el hotel en San Luis Ukiah, una localidad a 8 horas de aquí. Fallo sin importancia y solucionable. Es un pueblo bastante soso. La entrada tiene una base militar a la derecha y una penitenciaria a la izquierda. Aburrido y gris.

Ha sido un día para pensar en que esto se acaba, en que os he dejado de contar muchas cosas... el GPS que se apaga solo, los niños que tocaban en Las Vegas, las ampollas... algunas cosas. Mañana me toca hacer mi último viaje, voy a Los Angeles. Me han hablado del "Carmaggedon".

P.D ¿adivináis cuántos kilómetros llevo?

jueves, 14 de julio de 2011

12 minutos, 2 kilómetros

Se confirma que San Francisco es hemisferio sur y que ahora es invierno. Hace un frío tremendo y sigue habiendo gente por la calle con gorros y bufandas. Una cosa de locos. Como la cama del hotel Nikko, que es cómoda como ninguna otra en toda mi "gira" americana.

El Golden Gate dominando la Bahía de San Francisco

Lombard Street
Hoy el plan era ir al Golden Gate. He decidido hacerlo con mi coche subiendo a una colina cercana a Sausalito. La vista es genial. Se ven las nubes pasar a una velocidad de vértigo sobre la ciudad y el puente que domina San Francisco, la panorámica es extraordinaria. En Sausalito, ese nombre de chiste para un pueblo extraordinario, he pasado buen rato de la mañana paseando por su muelle y admirando el "high level" de sus ciudadanos. Casas muy caras, igual que en la cercana Tiburón, un pueblecito que hasta tiene canales entre sus casas más lujosas. Al hacerlo con mi coche he tenido que pagar 6 dólares al volver a entrar en la ciudad por el Golden Gate. El siguiente punto ha sido la calle Lombard. Ya os hablé ayer de esta "cosa" que existe en la que la carretera hace una secuencia de 6 herraduras en tan solo 100 metros descendiendo una gran pendiente. Pues eso, que ahí me he metido yo con el todoterreno. Tenía que hacerlo. Vuelta a Pier 39, zona comercial indispensable donde comprar o comer, y tiempo consumido hasta el plato fuerte del día.

Sausalito  
 Debía llegar pronto al embarcadero 33. Tenía 4 entradas para ir a Alcatraz y en taquilla me han dicho que lo único que podía hacer era revenderlas para no perder dinero. Dicho y hecho. Me he parado en la cola y he esperado a que alguien entrase a preguntar. La venta de entradas para esta visita es tan adelantada que hoy se vendían para el 26 de Julio. Si vais a venir no olvidéis comprarlas por internet previamente. Ha aparecido un muchacho latino y con él he realizado la operación. Sus tías y el marido de una de ellas vendrían conmigo. "Tú vas con ellos, que una vez compré tickets para los Giants y el tipo salió corriendo con el dinero y eran falsos". Me ha parecido normal. El chico me ha dicho que su familia era de México, que estaban de visita y que querían ver la prisión. Eran muy amables y les he tratado como si fueran de mi familia. además eran mayores y necesitaban algo de ayuda.




Alcatraz impone. Una isla ta pequeña con semejante armazón encima es una visión potente. Usada como fortaleza, su periodo de renombre como cárcel duró de 1934 hasta que JFK decidiera cerrarla en 1963 por sus altos costes de mantenimiento. He de decir que yo he estado en cárceles españolas que hoy transmiten la misma sensación cuando llegas a la entrada de esta, pero el interior es sencillamente asfixiante. Empezando por las celdas, de apenas metro y medio de ancho por 2'70 de largo, y siguiendo por  los estremecedores pasillos. La zona de máxima seguridad, desde donde Al Capone intentó imponer sin éxito su ley, o la librería, donde algunos presos imaginaban que eran libres gracias a la lectura, son sitios visitables de este reducto de la historia más negra.

Todos nos preguntamos lo mismo. ¿Cuántos?. Tres. Esos que hicieron las cabezas con papel de periódico y que con cucharas y algún instrumento más contundente, consiguieron cavar un túnel por la toma de aire que les condujo a la zona de tuberías por la que ascendieron al tejado. Ayudados por la torre de agua existe la hipótesis de que por ella descendieron hasta el mar. Se piensa que estos tres hombres (dos de ellos eran hermanos) murieron ahogados en las heladas aguas de la bahía, pero a día de hoy siguen estando en la lista oficial de prófugos de la justicia norteamericana. Dice el cartel de la entrada que "si rompes las reglas vas a la cárcel, si rompes las reglas de la cárcel vas a Alcatraz". Un trayecto en barco que suponía el destierro más absoluto. A 12 minutos, a dos kilómetros de la libertad.

La isla de Alcatraz desde el muelle de SF

miércoles, 13 de julio de 2011

Una ciudad en la calle

Hoy definitivamente ha quedado atrás la naturaleza más salvaje. Después de Gran Cañón, Death Valley o Yosemite, me he adentrado en otra gran ciudad para no volver a ponerme botas de trekking. Desde Oakhurts he conducido hasta San Francisco, la ciudad del Golden Gate o Alcatraz.

La carretera, salvo en la parte inicial en la salida del perímetro de Yosemite, es una autopista de 3 y 4 carriles bastante cómoda pero muy transitada. La gracia ha sido que mi GPS ha debido entender que seguía con ganas de aventura y me ha adentrado en varias poblaciones digamos que "complicadillas". San Leandro y Alameda no son de esos pueblos en los que debas pararte si no es por obligación. Cuando he colgado las fotos en twitter la reacción general ha sido preguntarme si estaba en el decorado de The Wire o similar. Pues no, era de verdad. He hecho una foto increíble de un hombre mayor que en un semáforo se me ha quedado mirando fijamente y yo (vaya cabeza) he sacado la cámara para fotografiarlo de frente. Ni se ha inmutado. Mejor.

La entrada a la ciudad se hace por el Bay Bridge, vía principal de acceso a la ciudad. Mi hotel está en una buena zona, es japonés al completo incluidos sus empleados, y desde donde se encuentra se puede hacer un imponente paseo hasta la bahía y de vuelta por la calle Market. El Fisherman's Warf es una zona comercial junto al mar, frente a Alcatraz, y merece la pena dar un paseo por allí por lo pintoresco de sus locales. Pero para llegar allí se deben pasar varias zonas que hay que destacar. Chinatown ocupa una buena parte de la calle Stockton. Todo tipo de tiendas que podáis imaginar, incluidas de especias o bacalao desalado. Esa mezcla de olores sólo la había vivido una vez. Fue en Mbour, en Senegal, y el recuerdo de ese olor casi me hace vomitar esta tarde. Hubiera sido embarazoso.

Pasada la zona de la pequeña China llega la de los italianos, marcada con la bandera azzurra en los postes de los semáforos. Hay una parte especial, en Lombardi Street, donde los coches deben hacer un descanso por varias herraduras de un desnivel increíble en menos de 100 metros. Es curioso como una aberración de la construcción se ha elevado a los altares del turisteo de la ciudad, pero es muy sorprendente verlo de cerca. Y es que en esta ciudad falta hacen inventos para sortear los sube - baja constantes en el "cogollo" histórico. Por cierto, volviendo a Fisherman's Warf, no quiero dejar de contar que me he topado con Zoltar. Sí, esa máquina que hizo que Tom Hanks se convirtiese en adulto siendo un niño en "Big". De esa película ya he visto el piano gigante que el prota tocaba con los pies, que se encuentra en Nueva York junto a la tienda de Apple en una tienda de juguetes, y ahora esa mítica máquina que te lee el futuro con un busto dentro cuya mirada te sigue de izquierda a derecha.

Es curioso como en San Francisco, la tercera ciudad del país con mejor rating de ingresos por habitante, se vea el impresionante número de mendigos que se ve por las calles. En mi vida había visto tantos, sin duda. No es un hecho conyuntural, es un problema que esta ciudad ha arrastrado en la útima década y contra lo que poco han podido hacer las administraciones. La mencionada calle Market, arteria principal de la ciudad es, en el momento que escribo estas lineas, un deambular constante de gente sin rumbo fijo que rebusca en las papeleras buscando cualquier cosa. Parecen zombis. Algunos muy colocados, otros sencillamente buscando protegerse del frío.

En esta ciudad he pasado de los 30 grados a los 13. Ha sido un shock tremendo sufrirlo y ver a gente con gorros de lana y bufandas. ¡Casi me siento como en Vitoria!. Si vais a venir, no dejéis de traer chaquetas o deberéis comprarlas aquí.

P.D El 23 de Julio los 49 ers hacen casting para cantar el himno nacional antes de sus partidos. Es información por si os animáis. ¡Ah! Tengo nuevo ídolo. Se llama Brian Wilson y es el pitcher de los Giants.

martes, 12 de julio de 2011

El perro del campamento

La segunda jornada en Yosemite se presentaba tan incierta que cualquier cosa que pasara superaría las expectativas. De Oakhurst de vuelta al Parque Nacional a ratificar que este lugar es, ya sin ninguna duda, el sitio más bonito que he pisado en mi vida.

Vista desde Glacier Point

Con El Capitán al fondo
Tenía claro que la jornada empezaba en Glaciar Point, el balcón del cielo. Es una vista en 2 paradas que te ofrece la imagen de 2 cascadas descomunales que adornan las paredes de las montañas que rodean el valle de Yosemite. Allí, en plena vorágine de fotografías, he conocido a Roberto y Merce, dos asturianos que tras pasar por Nueva York y San Francisco emprendieron la misma ruta que yo estoy siguiendo pero en el sentido contrario. Hemos decidido continuar la jornada juntos... vamos, que me he acoplado a esta buena gente con la que he compartido el resto del día. Desde el bocata en Glaciar Point hasta el regreso al parking de los coches para comprobar si un oso no había desguazado su Dodge por dejarse restos de costillas barbacoa en el maletero.

De Glaciar point hemos descendido al centro del valle y hemos iniciado una ligera caminata de varias millas hasta Curry Village, uno de los campamentos en los que te puedes quedar a pasar la noche en sus tiendas de lona. Se suponía que desde ese punto partía un "trial" para ver al oso negro, pero todo se ha reducido a una explicación de un Ranger en varios puntos. La imagen de este muchacho, como bien ha apuntado Roberto, era de "Los Albóndigas", aquella serie de películas de campamento americano de verano y en la que el Ranger no solía salir bien parada y además tenía cara de chiste... pues eso. Pero Jeffrie Trust, como se llamaba el muchacho, lo ha explicado todo con mucho cariño. " He visto osos abrir coches usando la manilla de la puerta", decía.

Siempre crees que sabes muchas cosas, pero nunca es suficiente. Nos hemos enterado de que en Yosemite tan solo se registran una media de 2 ataques de osos a personas al año. El último un zarpazo a un muchacho al que uno de los 24 ejemplares del parque persiguió cerca de un campamento. También nos han explicado que hace unas 4 semanas un oso murió atropellado, aunque el Ranger Trust ha insistido en que "es el oso el que se ataca al coche y no al revés". No fue la víctima el oso "abuelo" de la manada, un ejemplar de 31 años equivalente a los 90 de un humano. Tampoco creo que fuera ese al que, en nuestro camino al NO paseo, han dicho avistar varias personas con las que nos hemos cruzado.

En el grupo que seguía la explicación había una señora que preguntaba ansiosa. "¿Ranger, por qué se acercan?" . Como os contaba ayer el tema  de la comida juega un papel fundamental. El olor atrae a estos animales hasta posiciones muy cercanas en el entorno humano dentro del parque. Decía el Ranger que hace pocos días, mientras la gente tomaba cervezas por la noche en la terraza en la que nos encontrábamos, un oso permaneció tumbado a pocos metros "esperando su oportunidad". El Ranger que lo vio no identificó al oso en primera instancia, pensó que era un perro de los que llevan los turistas. En la segunda vez que enfocó con su linterna ya pudo identificar al oso negro que, tranquilamente, tomó camino de vuelta a lo profundo del bosque. Ya no se pueden ni colar en los contenedores de basura, modificados ante la insistencia  por meterse dentro de ellos.

Helado de menta en Curry Village
No quiero pasar por alto el momento helado de menta y chocolate antes de la presentación de los osos, el segundo traial hasta Happy Islas y las maravillosas vistas durante toda la jornada. Mucho menos la compañía de Roberto y Merce, que me han puesto en antecedentes de lo que puedo encontrarme en mi próximo destino y han sido una estupenda compañía durante un día genial en este paraíso en la tierra yankee. Sé que voy a volver aquí, no tengo ni la menor duda de que así será, el olor a la barbacoa de los campamentos cuando he salido es una señal.

Escribo de nuevo desde Oakhurst, desde donde mañana salgo de vuelta a la ciudad. ¡Hola San Francisco!

P.D He ido en el coche escuchando los podcast de La Rosa de los Vientos. Ese programón.

lunes, 11 de julio de 2011

El encanto del peligro

Hoy me he sentido como Bill Murray en "Atrapado en el Tiempo". La gente de Bishop resultaba entrañable en el gesto pero desconfiada en la realidad ante un desconocido, lógico. Ese punto intermedio tan necesario muchas veces.

Hoy era el día de Yosemite. Accediendo por el paso Tioga a 3000 metros de altura entras al Parque por la zona Este. Lo primero es encontrarte con Ellery Lake, una maravilla de contraste entre las nieves perpetuas de la Sierra Neva y el agua cristalina de este lago. El resto, según te adentras en Yosemite Valley, es una postal constante. Posiblemente es de los sitios más maravillosos que he visto en mi vida, una mezcla de las imágenes de la naturaleza más esplendorosa combinada con ese silencio propio de espacios sobrecogedores.  Las diferentes vistas de la Catarata de Bridalveil, Las paredes de El Capitan, o los Toulumne Meadows te obligan a hacer paradas en cada cambio de rasante o salida de cada curva de la carretera que serpentea por el interior. Precisamente hoy ha sido la primera vez que he tenido que pararme a dormir un poquito. Eran sobre las 12 y he sentido que me desconcentraba en la conducción. He elegido un bosque con buena sombra y ha sido la mejor decisión que podía tomar para poder disfrutar del día con seguridad.

Trampa para osos
En Yosemite estamos en territorio del oso negro. La señales de la carretera avisan de que "la velocidad mata osos" y en la entrada te recuerdan que una marca roja en el bosque es aviso de avistamiento de algún ejemplar. Suena a "que bonita aventura" pero hay que tomarse esto muy en serio. No es habitual un ataque, pero si un encuentro. La semana pasada, en el Parque de Yellowstone, un matrimonio fue atacado por el hermano grande del negro, el oso grizzlie. La mujer pudo escapar del ataque en el que su marido de 54 años falleció víctima de los mordiscos y zarpazos del oso. Si vais con la idea de hacer un picnic en cualquiera de las zonas diseñadas para ello, recordad que es muy importante guardar la comida en los arcones metálicos que ponen en cada una de estas zonas para evitar que los osos huelan vuestra comida y podáis tener un problemón. Ese parece que fue el error fatal del matrimonio de Yellowstone.

Hoy descanso en Oakhurst, un pueblo con poco encanto en la carretera de Fresno y a unas 20 millas de la entrada oeste del Parque, al que mañana pienso volver. Aquí no hay muchas casas, pero si hay Burguer King, McDonalds, Starbucks y Taco Bell. Para cuestiones de fe hay Iglesia de la cienciologia, que nunca viene de más en mitad de la nada (?). Cargamos pilas y vuelta a Yosemite.

P.D Estoy en uno de esos hoteles, sí. En los que parece que el asesino merodea toda la noche por las puertas que dan a la calle...

domingo, 10 de julio de 2011

Sudor frío

Acabo de llegar a Bishop, California, después de 7 horas y media de trayecto por carretera. Para ser sincero no voy a hacerme el penas, he llegado bastante entero aunque con un poquito de sueño acumulado. Ha merecido la pena, no esperaba menos, pero quizá no tanto.

Ha sido un trayecto de extrañas sensaciones, de descubrir ese lado aniquilador de la naturaleza. Death Valley es algo más que tierra muerta. Fue el camino de ilusiones a más de 50 grados en busca de metales pesados y preciosos. Pero para llegar allí, y aunque la distancia no es grande desde Las Vegas, hay que atravesar una siniestra zona que da algo más que mal bajío, el área 51.

El ejercito americano dispone de esta zona de 155 km2 de terreno para sus "experimentos". No puedo deciros ni como es a lo lejos, no lo sé. Tampoco si he entrado mucho o poco en esa zona. Sólo que desde la base de Indian Springs (esta pública y pegada a la carretera) ya se desprende algo raro. Imagino que la sugestión juega una parte importante en esta idea, pero os juro que uno no está cómodo allí. Ni yo ni mi GPS, que en un tramo de 10 km se ha desorientado en unas 20 ocasiones alimentando mi imaginación. Luego aparece el factor comercial. Un cartel reza en un punto concreto "última gasolinera antes del área 51" junto a una imagen de un alienígena.


Este tema de la gasolina es importante antes de entrar a Death Valley. Os explico lo de "hacer un Iraola". Andoni nos contó en Al Primer Toque que el año pasado, haciendo este mismo recorrido, se pasó de listo y se quedó sin gasolina. Os juro que conozco pocos sitios que sean peores que este para que te pase algo así. Lo he tenido muy presente. He llenado al salir de Las Vegas y he llegado con medio deposito hasta la primera (no sé si única) gasolinera del Parque. De esta forma he evitado buscar ese Saloon donde, amablemente, solucionaron la papeleta a Andoni. Mi recorrido ha sido desde la entrada "este" hacia la localidad de Beatty. He subido a Dante's View y he parado en Zabriskie point, dos miradores espectaculares, el primero imperdible. La imagen completa del valle te inspira a ver los grupos de buscadores de oro atravesando ese infierno que está incluso por debajo del nivel del mar. Y es que en Death Valley se alcanzan las temperaturas más altas de media anual de todo el planeta. Mi termómetro ha marcado los 52 grados, una sensación espantosa.



Capítulo aparte merece Rhyolite, al sur del Valle de la muerte . Este pequeño pueblo es la viva (o muerta) imagen de lo que supuso la fiebre del oro y lo que sucedió después de las crisis de principios del siglo XX. En su tiempo Rhyolite tenía teléfono, agua, red eléctrica y hasta periódico para los más de mil habitantes que lo poblaban en 1901. El pueblo creció y sus servicios también. Colegio, hospital e incluso opera para un campamento minero que llegó a los 5000 habitantes en su apogeo. Los malos tiempos retiraron a los inversores y la población comenzó a emigrar. Hoy Rhyolite es un pueblo fantasma. Tan solo quedan en pie algunas paredes y en estado bastante calamitoso. Pero hay algo que, aun castigado por el paso del tiempo, se mantiene impertérrito: el cementerio. No está en el pueblo, he tenido que atravesar un camino hasta llegar, pero lo he hecho. Si malas vibraciones transmite la 51, esto no se queda corto. Tumbas de aquellos años rodeadas de alambre donde no reza más que un nombre y un mote. Desolador y aterrador al mismo tiempo. Os diré que el motor de mi coche estaba en marcha y que sí, he salido por patas de esa zona de la que hablaré a Bruno Cardeñosa y Martín Expósito para que hablen de ello en la Rosa de los Vientos.

Una vez atravesado el Valle de la Muerte tenía que tomar carretera a Bishop. No podía imaginar que tuviera que subir y bajar tremendos puertos ni comparables a los del Tour de Francia. De 7500 pies a 5500 una y otra vez por una serpenteante buena pista asfaltada. Una recomendación. Jamás hagáis este recorrido de noche, es peligrosísimo. Afortunadamente las rectas te permiten respirar la reaparición de la vegetación hasta que te encuentras con este coqueto pueblo. Bishop es esa escena de Doctor en Alaska donde los hombres llevan gorro cowboy y botas. La gente vive y ama la naturaleza como medio de vida. El pueblo está rodeado por la Sierra Nevada y las White Mountains, antesala de Yosemite, mi destino de mañana. Será otro cuento.

P.D Mientras escribo un chico ha entrado en el humilde hotel a pedir trabajo. Secuencia de dos segundos y respuesta negativa. Seguirá buscando, tenía cara de ganador.