He leído a entrenadores criticando a sus propios jugadores o las mujeres de estos disparando con bala a los jefes de sus maridos. He captado sensaciones en letra antes de disputar finales o dudas de estrellas que se expresan al aire y que buscan una respuesta entre sus “followers”. Todo esto, inimaginable hace un tiempo, está ahora al alcance de cualquiera en las redes sociales. Resulta curioso pensar que el seguidor que se plantaba en la puerta del entrenamiento esperando ver de cerca a su ídolo y lanzarle cuatro “vivas”, ahora puede permitirse el lujo de recomendarle una película o incluso un lugar de vacaciones.
Dudo que Lance Armstrong (pionero en uso de Twitter) pensara en aspirar a que más de 2 millones y medio de fans llegaran a leer sus tweets y que estos mismos llegaran a convertirse en titulares de la prensa internacional durante el pasado Tour de Francia. Tampoco la NBA imaginó tener que regular el uso de las redes sociales de sus jugadores después de que Bryant, Villanueva o Shaq decidieran expresar su opinión sobre un partido en el descanso del mismo. O que una franquicia vea como su figura Chris Bosh, haya cuestionado a sus fieles si debe dejar o no Toronto situando a los Raptors en una situación comprometida.
Es evidente que el deportista ha encontrado la forma de escuchar un aplauso constante acortando la distancia que le separabade sus seguidores. Ellos les protegen y les entienden, y por eso generan un Edén de confianza en el que el jugador se expresa con las zapatillas de casa puestas. Los entrenadores y directivos temen el exceso de libertad y algunos ya lo han prohibido, pero no se debe perder una buena ocasión de demostrar que el uso correcto de las cosas se consigue mediante la educación. Nuevamente y mirando al futuro, el deporte está en la obligación de dar ejemplo.
*P.D Articulo publicado en la revista TRIPLE BASKONIA en Mayo de 2010... y ya es viejo.
Pero también es cierto que algunos deportistas y famosos son un poco inconscientes. Decir en qué restaurante estás en estos mismos momentos con unos amigos puede hacer que al final no sea una velada tan agradable si a la salida está lleno de fans.
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